finalista XVIII Pemios COAG categoria vivienda
Fotografia Ana Amado
con Jose Luis Martinez Raido
Two brothers, two families decide to share the space of the memory of what was the family house already disappeared in St. Cristina Street in the intramural area of Santiago de Compostela.
On the plot previously occupied by a small bar on the ground floor and a house are configured 2 homes that have to inhabit the whole volume and at the same time be independent.
It is a matter of not privileging one over the other and, however, inhabiting the volume in all its development, a democratic exercise in which both houses are equivalent in their relative position of the living areas, bedrooms and above all stairs
So a house develops with access and kitchen on the ground floor, corner living room on the first floor, bedroom on the second floor, the other independent access and kitchen on the ground floor bedroom on the first floor and living room on the corner under cover.
A certain architectural pirouette, a certain family embrace in which both houses intertwine in tangle in the same way that memories and biographies of families are confused in a common memory.
Constructively, the project is resolved as a concrete box seen inside, partially finished on the outside by a SATE type cladding, granite plinth and cedar carpentry painted in white.
The low deck configures two skylights that relieve the limited scale of both houses located between alleys.
The energetic efficiency of the set is optimal resolving the heating by means of a system of aerotermia and underfloor heating.
The layout and proportion of the openings are possible in this context, with a certain nod to the contemporaneity that involves moving the unusual layout of both houses to the facade.
Dos hermanos, dos familias deciden compartir el espacio de la memoria de la que fue la casa familiar ya desaparecida en la calle St. Cristina en el recinto intramuros de Santiago de Compostela.
Sobre La parcela antes ocupada por un pequeño bar en planta baja y y una vivienda se configuran 2 viviendas que han de habitar el conjunto del volumen y al mismo tiempo ser independientes.
Se trata de no privilegiar una sobre la otra y si embargo habitar el volumen en todo su desarrollo, un ejercicio democrático en el que ambas viviendas son equivalentes en su posición relativa de las zonas de estancia, dormitorios y sobre todo escalera
Así una vivienda se desarrolla con acceso y cocina en planta baja, salón en esquina en planta primera, dormitorio en planta segunda, la otra acceso independiente y cocina en planta baja dormitorio en planta primera y salón en esquina bajo cubierta.
Una cierta pirueta arquitectónica un un cierto abrazo familiar en el que Se entrelazan al tresbolillo ambas viviendas del mismo modo que se confunden los recuerdos y las biografías de las familias en una memoria común.
Constructivamente se resuelve el proyecto como una caja de hormigón visto al interior parcialmente rematado exteriormente por un revestimiento tipo SATE, zócalo de granito y carpinterías de cedro pintadas en blanco.
El bajo cubierta configura dos lucernarios que desahogan la limitada escala de ambas viviendas situadas entre callejones.
La eficiencia energética del conjunto es óptima resolviéndose la calefacción mediante un sistema de aerotermia y suelo radiante.
La disposición y proporción de los huecos son los posibles en este contexto, con un cierto guiño a la contemporaneidad que supone trasladar a fachada la insólita disposición de ambas viviendas.
rodriguez blanco arquitectos 